Una noche nos fuimos a dormir pensando que el mundo estaría ahí al despertar, que todo lo que habíamos construido florecería al día siguiente bajo la sombra protectora de la modernidad y el progreso. ¿Por qué, entonces, nos levantamos de la cama sólo para descubrir que la vida misma se ha puesto a trabajar, que salir al mundo es volcar el cuerpo en la lógica de la producción y el olvido, en el mantenimiento de una deuda infinita que jamás pedimos? ¿Por qué el futuro se siente ahora tan opaco, tan ciego y tan mudo? ¿Acaso no somos otra cosa sino los escombros de nuestros propios fracasos, las ruinas silentes de las utopías del mundo?

Quizás es necesario volver a dormir.

En la ruina de los náufragos es una pieza escénica que toma como punto de arranque las memorias de tres generaciones atrás de la nuestra, es decir, las generaciones de nuestros padres y abuelos que son quienes dieron forma al mundo del siglo pasado. A partir de sus relatos de vida, la pieza recorre fragmentos de la historia mexicana que comienzan con la revolución de 1910, hasta la instauración del neoliberalismo en la época de Miguel de la Madrid.

Pensándose como un espacio que sirve de puente entre el pasado y el futuro, entre el mundo que fue y el que está por venir, En la ruina de los náufragos juega en las fronteras que dividen lo real de lo poético para rellenar los huecos de la memoria del mundo en la época de las utopías perdidas y las revoluciones muertas con tal de resistir, por un momento, al olvido y la desaparición.